¿Qué significa apropiarse del conocimiento?

27 abr. 2022 En: Divulgación Científica UPB Tiempo de lectura: 5 min
 
Diálogo de saberes con mujeres sericultoras del Cauca

Hace varios días escribí para este blog una entrada que titulé Tres claves para entender la apropiación social del conocimiento. Allí referencié algunos aspectos conceptuales que considero fundamentales para entender estos procesos, los cuales, hoy por hoy, son casi una obligatoriedad en la gestión de la ciencia, tecnología e investigación de nuestro país (Si es de su interés, al final de este artículo encontrarán el link).

Recordemos que en 2021 el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia promulgó la Política Nacional de Apropiación Social del Conocimiento en el marco de la CTei, un documento con lineamientos claros que establece la importancia de propiciar la participación ciudadana y el intercambio de saberes en las acciones de ciencia, tecnología e innovación lideradas por todos los actores que hacen parte de este ecosistema, entre ellos, la academia.

La historia que voy a relatarles nos permite aterrizar la idea de la apropiación social, que en ocasiones nos cuesta concretar o reconocer en ejercicios reales de investigación. Este es un ejemplo de cómo los procesos de CTei o de I+D+i tienen mayor alcance y adquieren otro sentido cuando se construyen relaciones de confianza y horizontalidad entre las partes involucradas. Los principios definidos en la Política: reconocimiento de contexto, diálogo de saberes y conocimiento, participación, transformación y reflexión crítica, guían esta narración.

¿Se produce seda en Colombia? Apropiación sin manuales

Adriana Restrepo Osorio es investigadora del Grupo de Investigación sobre  Nuevos Materiales (GINUMA) de la Universidad. Desde hace más de diez años trabaja en conjunto con la comunidad de sericultores del departamento del Cauca, específicamente con dos organizaciones: Corporación para el Desarrollo de la Sericultura del Cauca, CORSEDA , y la Asociación de Tejedoras de la Seda, Colteseda.  

 
Adriana Restrepo Osorio, investigadora UPB.
 
Adriana Restrepo Osorio, Investigadora UPB

Cuando todo comenzó, no hubo convocatorias, formulación de proyectos o intereses puntuales, solo la búsqueda de un conocimiento que, hasta ese momento, era ajeno para estudiantes y profesores. El primer viaje a Popayán permitió reconocer y aprender sobre la producción de seda en Colombia y, más importante aún, sobre las personas que han dedicado su vida a esta labor. Desde ese momento, comenzaron a tejerse lazos ya inquebrantables.

La concepción general sobre el diálogo, segundo principio de la Apropiación Social del Conocimiento, indica que es un proceso de comunicación que se genera como una conversación. Estructura básica del acto comunicativo: dos sujetos que intercambian un mensaje. Se convierte en la posibilidad de exponer ideas y comentarios de forma libre y alternativa en busca de acuerdos, consensos y negociaciones para encontrar soluciones comunes a diversas problemáticas.

El diálogo, sin duda, ha sido la acción más genuina e importante para el relacionamiento que hoy existe entre la Universidad y los sericultores del Cauca. Esa charla que comenzó en 2010 continúa. Hace algunos días, en una entrevista, le pregunté a Adriana sobre el significado de trabajar con esta comunidad, respondió con el brillo de unos ojos enamorados, “ellos son la razón de mi trabajo”.

Para mí es muy importante reconocer nuestro aprendizaje… Don Antonio Marín* es una persona que nos enseñó desde una visión de alguien que conoce mucho el campo, que sabe del tema agroindustrial. Nos enseñó cómo era el proceso y cómo se organizaba. Todas las mujeres de Colteseda son amigas mías, las quiero y considero. Las he visto transformarse. Son personas que están cerquita de mi corazón porque me han cambiado. Para ellos todo el agradecimiento y el amor”, enfatizó.
 
Antonio Marín Garavito

Antonio Marín Garavito* es el actual representante legal de CORSEDA.

 
Mujeres que integran la Asociación de Tejedoras de la Seda, Colteseda.

Mujeres que integran la Asociación de Tejedoras de la Seda, Colteseda.

En enero de este año acompañé una visita en la que los investigadores socializaron avances del más reciente trabajo colaborativo: el desarrollo de biomateriales a partir de los residuos de los capullos de seda, que permitirán contrarrestar algunas enfermedades del sistema cardiovascular. 

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Tengo algunas escenas presentes: recuerdo a Adriana y los demás investigadores frente a mujeres y hombres fascinados con las posibilidades científicas de un producto tradicionalmente destinado a los textiles. Tomaban las muestras con cautela y preguntaban curiosos sobre las implicaciones de estos desarrollos. Estos espacios y las posibilidades del lenguaje en la búsqueda de puntos de encuentro hacen que el intercambio sea horizontal y, si se quieren sumar más calificativos, efectivo, exitoso, estremecedor. 

Más tarde, vi a varias mujeres moliendo tallos de morera. Ese material lo utilizaron en un taller, liderado por Adriana Restrepo y María José Vallejo Martínez, ingeniera en Nanotecnología de la UPB, en ese momento Joven Talento de Minciencias, para presentar a las tejedoras alternativas relacionadas con el aprovechamiento de los residuos de las plantas, en respuesta a una necesidad que ya habían manifestado. Hicieron papel artesanal como opción para remplazar las etiquetas de las prendas que comercializan en el almacén de la Asociación. En paralelo, revisaban asuntos sobre un nuevo proyecto que comienza.

 
Tallos de morera
 
Molienda de morera

Aquella vez, atardeció en torno a un pan con sabor a café, agua de panela y una charla extensa sobre aspectos y tareas pendientes que les ayudarán a mejorar sus prácticas.

Identifiqué, entonces, un ejercicio real, espontáneo y sincero de apropiación del conocimiento, sin seguir manuales o indicaciones teóricas. Uno que se ha ido consolidando mediante la confianza, el respeto y el diálogo constante. Un ejercicio que les ha permitido identificar, de manera participativa, problemáticas, necesidades y soluciones oportunas para el mejoramiento del sector serícola. Quienes se conocieron hace más de diez años en un recorrido entre los cultivos de morera en el Cauca, no son los mismos que hoy se reúnen, con gestos de empoderamiento, a negociar objetivos y alcances para la formulación y ejecución de proyectos conjuntos. Eso es apropiarse del conocimiento.  

Tejidos que perduran   

Conoce en este video algunos rostros que dan mayor sentido a este ejercicio de apropiación: 

 

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Consulta aquí la Política Nacional de ASC en el marco de la CTeI

 

Fotografías: Divulgación Científica y Comunicaciones, seccional Medellín, UPB. 

 

 
Luisa María Echeverry Barrera
Por:
Luisa María Echeverry Barrera
Comunicadora Social - Periodista
Profesional de Divulgación Científica Vicerrectoría de Investigación Multicampus
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