Red interinstitucional trabaja por un mejor aire

Agencia de Noticias UPB - Medellín. La Red realiza el monitoreo de la calidad del aire del Valle de Aburrá y ahonda en la búsqueda de soluciones para mitigar la problemática ambiental que ha enfrentado la ciudad región. La UPB es una de las instituciones fundadoras y desde entonces, con la ayuda de uno de sus grupos de investigación, viene articulando los datos que las estaciones de monitoreo arrojan con la proposición de acciones a los entes públicos.

Miembro de la Red desde sus comienzos, y al tiempo como líder de estudios atmosféricos del Grupo de Investigaciones Ambientales de la UPB –GIA, se encuentra María Victoria Toro, quien rescata el avance en datos que se tienen en la actualidad sobre el comportamiento de la contaminación en la ciudad, desarrollos técnicos que hoy en día permiten determinar las épocas más críticas, las mayores fuentes de contaminación y los efectos en la salud de los seres vivos.

A lo anterior se refiere a las partículas PM 2.5 que son unas de las que más pululan en medio de los cúmulos de contaminación que proliferan en las peores épocas. Sin embargo, para la investigadora, tiene un gran significado que las personas de a pie sepan de ellas y conozcan los riesgos a los que están expuestos.

“La Organización Mundial de la Salud –OMS, dice que cada vez que incrementan 10 microgramos en el contaminante PM 2.5 hay un 2.5 % de aumento en mortalidad diaria”, subrayó la experta haciendo claridad de que, en temas de salud, la Universidad de Antioquia, la Universidad de Medellín y la Universidad CES se han centrado en ese aspecto. La UPB, con la capacidad y experiencia que tiene el GIA, aporta en áreas como el monitoreo, nuevos contaminantes y detección de quiénes contaminan.

Sobre la problemática de contaminación que estuvo en boca de todo el mundo con un cubrimiento exclusivo por parte de los grandes medios masivos de comunicación, María Victoria comenta que no se puede caer en la exageración de las noticias, sino en la educación y promoción de soluciones a la crisis.

“Es bueno que esta situación que vivimos sea visibilizada pero no de esa forma. Un titular puede desinformar y generar pánico en la gente y muchos podrían optar por irse de la ciudad o no venir a conocerla”, dijo Toro.

Al llamado que hace a la ciudadanía para que adopte hábitos que contribuyan con el mejoramiento de la calidad del aire, María Victoria señala a los sectores económicos como principales implicados.

Ahora la nueva coyuntura y una sociedad que se moviliza en redes sociales demanda de acciones concretas que provengan de la administración pública. Es ahí donde Redaire entra con sus estudios por fases.

La UPB con el GIA apoyó en la proyección de la meta que fue establecida en el plan de descontaminación a 2030. ¿Cómo sería el Valle de Aburrá si a 2030 más personas se movilizaran en vehículos eléctricos o en sistemas de transporte que se muevan con combustibles amigables con el medio ambiente? son temas que el colectivo seguirá trabajando por el bien del aire que respiran los más de 3 millones de habitantes de la subregión.

Una vida dedicada al aire que respira

Ingeniera química de profesión, María Victoria descubrió que la calidad del aire es su mayor pasión. Una beca a lejanas tierras la reafirmó: “Me la gané para estudiar en Japón e hizo que me gustaran estos temas atmosféricos”.

Frente a los retos que supone la investigación en temas ambientales, la experta en química atmosférica cuenta que la conciencia social producto de las problemáticas que genera la contaminación, propició que más profesionales y estudiantes decidan vincularse a los proyectos del GIA.

Acerca de los colores que determinan las estaciones de medición actuales, comenta que en muchas ocasiones no la dejan dormir: “Es traumático pero una alerta naranja no es lo peor. Aunque nos hemos sostenido en este color por algún tiempo, esto no quiere decir que nos vayamos a morir, todo lo contrario, hay que buscar las alternativas para vivir mejor”.

Su serenidad frente a los temas que conoce y la proyección ambiental la dejan satisfecha por el conocimiento que el GIA ha obtenido en los últimos años. Ahora su mayor preocupación, al igual que de la Red, es la incidencia de los biocombustibles en el aire y la salud pública.

Por Jorge Andrés Jaramillo - Agencia de Noticias UPB