Agencia de Noticias UPB - Medellín. El ejercicio de intervención de los espacios hace parte del Módulo de Arquigrafía y Señalética de la Facultad de Diseño Gráfico de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Dicho curso busca desarrollar competencias en el estudiante que le posibiliten establecer una relación entre la teoría y la práctica, para la gestión, ejecución y formalización de proyectos de diseño.
En esta ocasión, el curso contó con 10 estudiantes, quienes dentro de la metodología de clase debían escoger una organización para renovar sus espacios. Una de las organizaciones consideradas para este ejercicio fue la Fundación Clínica Noel, que luego de consenso, fue la elegida para esta transformación.
Esta clínica atiende a pacientes con malformaciones craneofaciales y músculo-esqueléticas, tiene área de odontología y también atiende subespecialidades pediátricas. Los estudiantes de la UPB, tras un largo proceso de investigación e inmersión en la clínica, lograron transformar los espacios de la misma.
El curso es dirigido por los profesores Sandra Moreno Márquez, Jacobo González Calderón, Johana Chalarca Botero, quienes siempre, como parte de las actividades de clase, proponen la intervención de algún espacio a nivel social.
La intervención por parte de los estudiantes estuvo llena de sorpresas y retos. En un principio, los estudiantes solo tenían planeado intervenir la sala de espera y el jardín, al ser los lugares más concurridos por los pacientes, pero con la ayuda de diversos patrocinadores y el capital de ellos mismos, lograron intervenir toda la clínica.
Con los mismos colores de la imagen corporativa de la clínica, los estudiantes lograron devolverle la vida a este nuevo espacio. Antes, la clínica estaba situada en el barrio Prado, donde las puertas y paredes estaban intervenidas por los mismos pacientes, lo que hacía el espacio más acogedor para los mismos.
Cuando la clínica se trasladó al barrio El Poblado, todos esos espacios que resultaban acogedores para los pacientes, ya no estaban. Todas las paredes eran blancas y las puertas eran azules oscuras. No había más colores.
Un elemento que causaba conflicto entre los pacientes era que, en la sala de espera, solo había tres mesas para jugar. Y de esas tres, solo una era didáctica. Generaba tantos desacuerdos entre los pacientes, por decidir quién se sentaría en ella y quién no, que los empleados la nombraron la mesa de la discordia. Por ello, los estudiantes incluyeron en su propuesta, una pared-tablero, donde siempre hubiera tizas disponibles para que todos pudieran dibujar.
Esta intervención no solo funcionó para cambiar el espacio, sino que, según Mónica Velásquez, gerente de la Fundación Clínica Noel, el cambio va más allá de lo físico, y trasciende a las emociones.
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Por Laura Restrepo Cárdemas - Agencia de Noticias UPB
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