Un legado de prudencia, paciencia e inteligencia
Agencia de Noticias UPB - Medellín. En 1945 se graduó como bachiller del Colegio de la UPB e inmediatamente empezó su formación en la misma institución. En 1948, aún sin recibir su título de abogado, se desempeñó como Juez Primero Civil y de esa manera, empezó a ejercer una profesión que le apasionaba y que le permitió llegar a cargos de alta responsabilidad social.
Fue gerente de importantes entidades bancarias, secretario general de la Alcaldía, secretario de Gobierno Departamental, presidente del Concejo de Medellín, director general del Seguro Social y gobernador encargado de Antioquia.
En 2013 el Consejo Directivo General de la Universidad Pontificia Bolivariana le otorgó el Espíritu Bolivariano, “distinción que se concede a las personas que hayan puesto en alto el Espíritu que anima la vida de la Universidad, por medio del desempeño de su trabajo y que hace honor a la Carta Magna de la Institución, legado misional del Rector Fundador Mons. Manuel José Sierra Ríos”.
Perteneció a la banda marcial de la UPB donde tocaba el bombo, según contaba jocosamente, como una estrategia para conseguir admiradoras. Su última visita al campus fue una fiesta que vivió como miembro de la gran Familia Bolivariana, durante el Encuentro de Egresados realizado en 2016. Y es que nunca perdió el amor por la UPB, esa institución en la que aprendió a reflexionar sobre las normas y leyes, fortaleció sus valores y principios y en la que también se formaron sus nietos: Cristina Estrada Arango, especialista en Gerencia de Mercadeo, y Alejandro De Bedout Arango, abogado.
“Sus consejos, su prudencia, su paciencia y su inteligencia son el mejor legado”, concluye su nieto, quien se siente orgulloso de este hombre que falleció a sus 90 años y de quien asegura, dejó en alto el sello de la UPB.
Por Alejandra Carmona Sierra - Agencia de Noticias UPB, Egresados
