La movilidad sostenible ha sido un reto para el mundo entero, especialmente para ciudades como Medellín que por sus condiciones geográficas y climáticas, viene pasando por crisis medioambientales que afectan el desarrollo normal de las actividades y que podrían afectar a largo plazo la salud de sus ciudadanos.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Autoridad Ambiental y de Transporte Masivo y Público de los municipios que conforman el Valle de Aburrá, ha sido insistente desde el año 2007 con la urgencia de establecer cambios de hábitos a favor de la movilidad sostenible.
Uno de los esfuerzos del gobierno local ha sido con la implementación de las estaciones de EnCicla, en donde los ciudadanos, por medio de su tarjeta cívica, pueden utilizar de manera gratuita las bicicletas ancladas en las diferentes estaciones.
Para finales de 2023 se encuentran:
111
estaciones de
EnCicla
6.200
préstamos
mensuales
Estudia la Maestría en Sostenibilidad de la UPB
Andrés Emiro Díez, docente investigador de la UPB, menciona que:
El transporte público eléctrico es un ecualizador y equilibrador que facilita que el mundo tenga alguna esperanza, dado que la compensación del elemento humano será muy difícil de implementar, sobre todo en la carrera contra el tiempo que se está llevando a cabo contra el cambio climático, que incrementa el desequilibrio. El reto es evitar que la temperatura del planera aumente 2 °c, lo que afectaría enormemente la vida en el mar y en las ciudades costeras.
En cuanto al desarrollo sostenible, este se enmarca bajo tres virtudes: progreso económico, justicia social y preservación del medio ambiente, que permiten aprovechar mejor el espacio público. Por ejemplo, un tren del metro tiene seis vagones, cada uno puede mover 300 personas; por lo que un metro puede mover entre 900 y 1800 pasajeros de manera simultánea. Ahora, imaginémonos el espacio que ocuparían 1800 automóviles, o inclusive 1800 motos y bicicletas.
Es así que, el uso de modos masivos de transporte ayuda a tener mayor justicia social del espacio público. Revisemos por un momento en un parqueadero que usa áreas enormes llenas de vehículos. Cada automóvil ocupa como 2 metros cuadrados, eso le quita espacio a los árboles y a las personas. Entonces el transporte masivo es una muy buena forma de usar el espacio público.
De otro lado, el transporte público optimiza la generación de energía, un tema fundamental para la movilidad sostenible. Es por eso que con la optimización de los sistemas de transporte público, se lograría aportar a varios puntos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En la red integrada del Metro de Medellín tanto los trenes como los metrocables y el tranvía son eléctricos.
Estudia Ingeniería Ambiental en la UPB
La UPB ha tenido una labor importante que se remonta a la época de construcción del Metro de Medellín. Muchos ingenieros bolivarianos pudieron ayudar en la interventoría y fueron fundamentales en asimilar los conocimientos del consorcio hispano-alemán, para poder tener el conocimiento y operar el sistema de manera exitosa.
En los últimos años, la UPB ha liderado una discusión en la ciudad sobre la necesidad de ir sustituyendo los combustibles fósiles del sector transporte por energía eléctrica. Como resultado de algunas de estas discusiones, Medellín volvió a incorporar el tranvía eléctrico.
Además, en colaboración con el Metro de Medellín, la Universidad Pontificia Bolivariana, participó de la creación del modelo de transporte de la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, en donde sus buses serán alimentados a través de catenarias, aportando así a la descarbonización de los medios de transporte y a la movilidad sostenible. Todo esto demuestra los avances que ha hecho la Universidad en materia de Sostenibilidad y su capacidad para brindar soluciones desde la academia a los problemas de la actualidad.
